Orações

Devocionário ao Preciosíssimo Sangue de Jesus – Parte 2

= Parte 2 = 

Orações Tradicionais da Igreja Católica ao Preciosíssimo Sangue de Jesus

(Em espanhol. Oportunamente serão traduzidas para o português)

 

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DEVOCIONARIO de los MISIONEROS DE LA PRECIOSA SANGRE

(Fonte: MISIONEROS DE LAPRECIOSA SANGRE)

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Devocionario C.PP.S.

Oraciones a la Sangre de Cristo

MISIONEROS DE LAPRECIOSA SANGRE

MISIONEROS DE LAPRECIOSA SANGRE

MISSIONARIES OF THEPRECIOUS BLOOD

431 E. Second St. Dayton OH 45402-1764 937-228-9263

Sirviendo en los Estados Unidos, Chile, El Perú, Guatemala
y Colombia.

cpps-preciousblood.org

DEVOCIONARIO de los MISIONEROS DE LA PRECIOSA SANGRE

Provincia de Cincinnati

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TABLA DE CONTENIDOS

= PARTE 2 = 

  1. Oraciones de la Congregación C.PP.S.
  2. – Oración por la Congregación 
  3. – Oración a San Gaspar por la Iglesia 
  4. – Oración a San Gaspar por las vocaciones 
  5. – Oración a San Gaspar 
  6. – Oración en honor de San Francisco Javier
  7. – Oración de los Compañeros 
  8. – Salmo en la periferia 
  9. Oraciones a María 
  10. – Oración a Nuestra Señora de la Preciosa Sangre 
  11. – Oración a Nuestra Señora delaPreciosaSangreII
  12. – Oración a María, auxilio de los cristianos
  13. – A María, Madre de la Preciosa Sangre 
  14. – Madre de América 
  15. Otras oraciones 
  16. – El Ángelus 
  17. – Reina del cielo 
  18. – Alma de Cristo

ORACIONES DE LA CONGREGACIÓN C.PP.S.

Oración por la Congregación

Oremos por nuestra Congregación, por sus directores y todos sus miembros y por el aumento de las vocaciones.

Señor, mediante la intercesión de San Gaspar y San Francisco Javier, bendice a nuestra Congregación, tanto a los que en tu nombre la dirigen como a todos sus miembros. Haz llegar a nosotros muchos y entusiastas varones, quienes con humildad y obediencia se entreguen a la obra de la Congregación y cumplan en todo su santa voluntad.

Oremos por nuestras misiones.

Señor, Tú has dicho: “La cosecha es mucha, pero los trabajadores pocos” despierta entre nosotros muchas vocaciones para servir en nuestras misiones y bendice a los que están sirviendo a tu pueblo en todo el mundo. Los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y todos los santos misioneros los apoyen y protejan.

Oremos para que podamos ver y cumplir nuestra misión en el mundo de hoy.

Señor, haznos estar siempre conscientes de nuestra tarea diaria. Ayúdanos a discernir y entender los signos de nuestros tiempos, para que podamos dar frutos de salvación para todos y para tu gloria.

Oremos por nuestros enfermos.

Compasivo Jesús, mira con bondad a tus siervos enfermos. Dígnate consolarlos y fortalecerlos. Recibe nuestras oraciones por ellos y hazlos capaces de aceptar sus sufrimientos con el mismo espíritu con que Tú aceptaste la cruz por nuestra redención.

Oremos por nuestros bienhechores.

Señor, en tu bondad premia con la vida eterna a todos los que por tu nombre nos han hecho un bien.

Oremos por la gracia de una santa muerte.

Jesús, Rey de la eterna gloria, concédenos partir de este mundo favorecidos con tu amor, y, así poder llegar a tu santa presencia. San José, patrono de los moribundos, ruega por nosotros.

Oremos por los que han muerto, especialmente por los miembros y bienhechores fallecidos de nuestra Congregación.

Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz de la eterna gloria, Descansen en paz. Amén.

 

Oración a San Gaspar por la Iglesia

San Gaspar, tú amaste a la Iglesia perseguida y por ser el a Dios aceptaste la prisión y el exilio. Te rogamos, intercedas por la Iglesia de hoy; ayúdanos a discernir cómo debemos vivir y predicar el Evangelio.

Que nuestros corazones, unidos al tuyo, sean compasivos con los pobres y abandonados.
Aumenta nuestro amor a la Sangre de Cristo, para que así también nosotros estemos prontos a arriesgar nuestras vidas.

Bendecimos y damos gracias al Padre por tus obras y tu ejemplo.

Fortalece nuestra unión contigo para que no nos venza el desaliento, sino al contrario, seamos fortalecidos en nuestra vocación para la gloria de Dios y la salvación de la familia humana.

Oración a San Gaspar por las Vocaciones

San Gaspar, tú fuiste llamado por Cristo en tiempos de con icto. En tu encarcelamiento descubriste ser vasija nueva, abriéndote a una nueva esperanza. Por tu celo ardiente, invitaste a otros a vivir en el vínculo de la caridad, formando comunidad para fomentar los méritos de la Sangre de Cristo. Promoviste la reconciliación de los marginados, reconstruyendo la Iglesia y la sociedad. Enséñanos a construir también un futuro diferente con un espíritu nuevo. Que la Sangre derramada por Cristo sea la fuente de un compromiso que recoge la vida y que fermenta desde nuestra historia y tradición un nuevo vino. Este nuevo vino es nuestra esperanza y nuestra unidad para seguir a Cristo. Seamos testigos de la vocación a la que hemos sido llamados. Amén.

Oración a San Gaspar

San Gaspar, tú supiste entrar en el misterio de la Sangre de Cristo. Hiciste de la Preciosa Sangre la fuerza animadora y vigorizante de toda la vida. Por eso fuiste un constructor de la justicia, del cambio eclesial y social. Con el poder de la Sangre de Cristo, te enfrentaste a las fuerzas del mal diciendo: “Pre ero morir antes que jurar” o “No puedo, no debo, no quiero”.

Somos tus hijos/as. Ayúdanos a ser eles a tu espíritu y a tu obra en la Iglesia y en el mundo de hoy. Enséñanos a ser verdaderos discípulos de la Sangre de Cristo, como tú lo fuiste. Que aprendamos cada día mejor a caminar hacia donde el grito de la Sangre nos pida ir. Amén.

Oración en honor de San Francisco Javier

Señor Jesucristo, Nos has redimido para Dios en tu Sangre; de cada tribu, lengua, pueblo y nación. Por la intercesión de San Francisco Javier, concede a la Iglesia muchas santas vocaciones religiosas y misioneras, para que toda la humanidad pueda congregarse en el banquete en el Reino de Dios, que ha sido preparado para ellos desde la creación del mundo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración de los compañeros

Jesús nuestro hermano, en la compañía de tus amigos en la noche antes de morir, partiste el pan, llenaste la copa de vino, lavaste los pies, celebraste la esperanza viva en tu corazón.

Que el pan que compartimos en la compañía de nuestros amigos satisfaga el hambre de ti en nuestros corazones; Que la copa de bendición que bebemos sacie nuestra sed de justicia, de amor y de paz.

La Sangre Preciosa que tú derramaste por tu pueblo marca nuestros corazones, nuestras manos, nuestras mentes, nuestras vidas. Motivados por la memoria de tu amor, que nuestras vidas sean derramadas en servicio amoroso por nuestros hermanos y hermanas.

Jesús nuestro Amigo, tú nos has acercado por la Sangre de tu cruz para que seamos ríos de misericordia y compasión, pozos de reconciliación puertos de esperanza. Jesús, nuestro compañero, inspíranos a ser levadura de tu amor en nuestro mundo y en nuestra comunidad; que no hayan extraños entre nosotros, solamente amigos quienes se acogen con calor y hospitalidad. Sella nuestros corazones con tu Espíritu mientras nos reunimos en tu nombre. Amén.

Salmo en la periferia (J. Nassal, C.PP.S.)

Oh espíritu de Gaspar, llévanos a la periferia.
Con un impulso suave, envíanos a volar más allá de los límites de nuestras mentes, al corazón del misterio. Tú predicaste la visión de un cielo nuevo y una tierra nueva. Esta visión tiene su momento y no defraudará. Dibuja su visión en nuestra mente para ayudarnos a ver que el tiempo es ahora. Danos valor para encontrar nuestra casa en la periferia donde el cielo se encuentra con la tierra y donde nace la esperanza.

 

ORACIONES A MARÍA

 

Oración a Nuestra Señora de la Preciosa Sangre (F. J. Sheen)

Oh Virgen María, el Espíritu Santo te cubrió con su sombra y diste naturaleza humana a tu Divino Hijo, sin la cual no habría podido sufrir ni redimir. Al octavo día de nacer lo llevaste al templo para su primer derramamiento de Sangre, como anticipo de la cruz. En Caná, lo impulsaste hacia su hora de redención, pidiéndole comenzar su vida pública al obrar su primer milagro.

Junto a la Cruz estuviste de pie como activo participante de la redención y tú misma escuchaste ser nombrada Madre de la humanidad. Cuando tu Hijo fue bajado de la cruz y puesto en tus manos, como en una patena, aunque no eras sacerdote, pudiste decir de verdad, como ninguno de ellos jamás lo ha dicho, las palabras de la Consagración: “Este es mi Cuerpo; esta es mi Sangre”. Así, el cáliz que Él bebió y el pan que ofreció fueron preparados por ti, como por un acólito del Divino Amor.

Virgen de la Preciosa Sangre, concédenos, por la Sangre que tu Hijo derramó que no se derrame más la Sangre de nuestros Hermanos. Intercede por la humanidad doliente para que sean perdonados los pecados del mundo. Te lo pedimos por los méritos de la Sangre Preciosa de aquel de quien tú fuiste tabernáculo de la Carne durante nueve meses.

Tú eres su madre y también nuestra madre, en el tiempo y por siempre. Amén.

 

Oración a Nuestra Señora de la Preciosa Sangre II

María, Madre nuestra, haz que en esta tierra nosotros nos pongamos en tu lugar escuchando y siendo eles para que Jesús viva en todos nuestros hermanos/as y se pueda extender su Reino por todo el universo. Ayúdanos a ofrecer nuestra sangre con la de Cristo para la gloria del Padre y la salvación de toda la creación.

María, nuestra Señora de la Preciosa Sangre, nos sostenga en el espíritu misionero. Amén.

 

Oración a María, auxilio de los cristianos

Dios Padre Todopoderoso, fortalécenos, por intercesión de la Bienaventurada Virgen María, a quien has dado a tu Iglesia como Madre y Auxilio de los cristianos. Que con su ayuda podamos llevar pacientemente los problemas que nos a igen interna y externamente, que podamos vencerlos con amor y comunicar así a todos el misterio de Cristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

 

A María, Madre de la Preciosa Sangre

Te bendecimos, María, porque Dios te ha elegido entre todas las mujeres de la tierra, para ser la Madre de Jesús. Para Él serías un cáliz puro y santo, pues Dios te preservó del pecado original y contigo comenzó la nueva creación.

Tú eres grande y magní ca, tu alma inmaculada resplandece. Tú eres el primer fruto de la redención, conseguido por la Sangre de tu Hijo. Antes que se hiciese ser humano en ti, Dios te ha enriquecido de modo único en el género humano, para que pudiese realizar su designio sin límites. Tú diste el pleno consentimiento al Ángel que te comunicó el mensaje de Dios y te invitó a ser la Madre del Redentor.

Tú sigues incondicionalmente la voluntad de Dios con fe y con anza. Encontraste un camino lleno de pruebas, de sucesos inesperados y con tu fe te encuentras en el Calvario delante de tu Hijo sangrante, después de haber recorrido con Él el camino de la cruz.

Te amamos, Madre al pie de la cruz. Madre de la Preciosa Sangre, que en el Calvario te han nombrado Madre de todos nosotros. Gracias a ti se ha derramado la Sangre Redentora de Jesucristo, pues tú eres la Madre del Cuerpo Místico de Cristo, la Madre de la Iglesia.

Con Jesús queremos sufrir por tu dolor, con Él queremos alegrarnos por tu gloria. Muéstranos el camino hacia ti, Madre Dolorosa. Queremos acompañarte. Contigo queremos consolar y amar a los que sufren, aunque no te conozcan ni te comprendan, porque Jesús ha derramado su Sangre por todos. En particular queremos consolar a los abandonados, a los desesperados y a todos aquellos que nadie ama.

Está cerca de nosotros, Madre de la Preciosa Sangre, para que nosotros también nos acerquemos a los que tú amas. Danos la fe para que nos dejemos guiar por el Espíritu de Dios, siguiendo tu ejemplo.

Danos tu humildad, para que seamos siervos de aquellos por los que Jesús murió. Danos tu cruz, para que llevemos la misericordia y la esperanza a los que viven en gracia.

María, Madre nuestra, haz que en esta tierra nosotros, nos pongamos en tu lugar para que Jesús viva en todos y se pueda extender su Reino por todo el universo. Ayúdanos a ofrecer nuestra sangre con la de Cristo para gloria del Padre y la salvación del género humano. Amén.

 

Madre de América

María, madre y compañera de Jesús, mujer pobre y creyente, plenamente amada del Espíritu: danos vida en plenitud y vence en nosotros todas las muertes. Bendita entre la mujeres oprimidas, Virgen libre y entera, grávida de la esperanza de los pobres. Madre de la América india, de la América negra, de la América mestiza; acompaña hoy el caminar de tu pueblo. Memoria de nuestra fe, tierra fecunda de esperanza: muéstranos a Jesús, fruto bendito de liberación, y ruega por tu pueblo que lucha por la justicia y libertad para un tiempo de paz. Amén.

 

OTRAS ORACIONES

El Ángelus

V: El Ángel del Señor anunció a María.
R: Y concibió por obra del Espíritu Santo.
V: Dios te salve María . . .
R: Santa María . . .
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V: He aquí la esclava del Señor.
R: Hágase en mi según tu palabra.
V: Dios te salve María . . .
R: Santa María . . .
V: Y el Verbo se hizo carne.
R: Y habitó entre nosotros.
V: Dios te salve María . . .
R: Santa María . . .
V: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
V: Oremos. Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones; que habiendo conocido la Encarnación de Cristo, tu Hijo, por la voz del Ángel, por los méritos de Su Pasión y cruz seamos llevados a la gloria de la Resurrección. Por el mismo Cristo, Nuestro Señor Amén.

Reina del cielo

V: Alégrate, reina del cielo, aleluya.
R: Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya. V: Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R: Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V: Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R: Porque ha resucitado verdaderamente el Señor; aleluya.
V: Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

 

Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, deféndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén.

 

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